¿Qué es la Afasia?


Afasia es un término médico que significa ”pérdida del lenguaje”. La afasia se refiere a todos los aspectos de la pérdida del lenguaje y no simplemente al habla. Por ejemplo, los pacientes con afasia tienen frecuentes dificultades en una o más de las siguientes acciones: hablar, leer, escribir, hacer cálculos, deletrear, contar, decir la hora, entender lo que se les dice, nombrar objetos, etc. Un paciente puede tener dificultades no solamente para expresar sus propios sentimientos y pensamientos a través del habla, sino también para comprender lo que dicen o escriben otros. 

 ¿Qué es lo que produce afasia?


Una lesión cerebral, que puede ser causada por un traumatismo cráneo-encefálico (accidentes automovilísticos, o heridas penetrantes). Sin embargo, la causa más frecuente es la lesión vascular cerebral espontánea llamada corrientemente accidente cerebro vascular (ACV) Ésta ocurre cuando existe una perturbación en la irrigación sanguínea cerebral y puede producirse de cuatro maneras:
Coágulo: Un coágulo se forma en un vaso sanguíneo cerebral (trombosis cerebral) o llega al cerebro después de formarse en otra parte del cuerpo (embolia cerebral).
Hemorragia: Si una arteria cerebral se rompe, la sangre derramada (hematoma) daña al tejido circundante. 
Compresión: Un tumor cerebral puede presionar a un vaso sanguíneo en grado suficiente como para detener su circulación.  
Espasmo: Si una arteria cerebral se cierra por contracción de su musculatura el flujo sanguíneo se detiene hasta que la arteria vuelve a relajarse. Esto puede suceder luego de cirugías (cirugía de la epilepsia, aneurismas, etc.).  
También están las afasias progresivas que hablaremos en otro apartado.

 ¿Son las afasias de diferente severidad?


Sí. La afasia difiere en severidad de un paciente a otro. Puede ser leve, moderada, severa o global. El paciente puede estar levemente afectado interfiriendo su afasia en una sola forma o aspecto de la comunicación. En las afasias leves a veces es difícil saber con certeza si el paciente tiene realmente afasia; dice frases completas, lee, escribe y participa en casi todas las actividades, pero puede resultarle difícil sostener una conversación en grupo, leer más de algunos párrafos del diario o hablar durante más de pocos minutos sin presentar anomias (falta del vocablo).

Algunos afásicos están tan severamente incapacitados que no pueden hablar, leer y ni siquiera nombrar a sus familiares. El paciente con una afasia  grave puede estar confuso o no llegar a orientarse en un edificio o en la calle, no recuerda sucesos recientes y no puede ver ni entender programas de televisión. El paciente puede también sufrir una pérdida total de su capacidad de comunicación y esto se llama “afasia global”. 
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Escribir con la mano izquierda



Una forma de ayudar al paciente afásico consiste en la práctica de las diferentes formas del lenguaje. Escribir es parte importante del proceso. Como en general el paciente tiene parálisis del lado derecho del cuerpo, es necesario enseñarle el uso de su mano izquierda. Es cierto que, eventualmente, el paciente puede llegar a usar su mano derecha para escribir, pero hay gran necesidad de aprender a escribir lo antes posible, porque escribir ayuda a menudo al paciente a recobrar otras habilidades del lenguaje, como hablar y leer.

También se pueden usar los teclados del iPad o de otros dispositivos, o simplemente armar las palabras con las letras del scrabbel (letras móviles).










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Cómo ayudar al paciente afásico


La mejor ayuda directa para la afasia es la rehabilitación, que debe ser realizada por un fonoaudiólogo con experiencia en afasia y capaz de ayudar al paciente a lograr un máximo de mejoría en la lectura, la escritura, el habla o cualquier otro aspecto del lenguaje en el que tenga dificultades. La reeducación del lenguaje, especialmente como se practica en centros de rehabilitación, ha ayudado a miles de afásicos a comunicarse en su vida diaria.

En ausencia de un fonoaudiólogo calificado, la familia puede hacer algunas cosas para ayudar al paciente. La rehabilitación del lenguaje es similar a la enseñanza de un idioma extranjero. Claro que la analogía es muy limitada, porque el extranjero es una persona sana y puede aprender con más rapidez  y recordar lo que aprende más fácilmente que el paciente afásico. Por otra parte, si el paciente puede concurrir menos sesiones de las indicadas, es importante la colaboración de la familia a las indicaciones del terapeuta (ejercitación, estímulo, adaptación al tiempo de respuesta del paciente, etc.). Existen algunos programas de tratamiento que se implementan a través de la computadora,  como los de Verbaloop, como así también pueden utilizar cuadernillos de ejercitación especialmente diseñados para trastornos del lenguaje. Consulte al profesional para que le indique cuáles son los más indicados para su familiar.





Todos los pacientes afásicos fluctúan en su capacidad día a día y a veces de un momento a otro. El paciente no tiene control directo sobre su enfermedad y por ello los que tratan de ayudarlo deben armarse de la mayor paciencia posible.




La familia de un paciente afásico puede ayudarlo a mejorar si se crea en su hogar una atmósfera cálida y permisiva. Se debe estimular su comunicación dentro de un marco dónde sus errores no sean ridiculizados ni severamente criticados. Un ambiente negativo o exigente por parte de la familia puede ser factor muy desfavorable para el éxito de la rehabilitación del lenguaje. Los esfuerzos del paciente por mejorar siempre deben provocar alabanzas y elogios. Es indispensable que la familia de un paciente afásico comprenda la índole de la afasia y sus limitaciones y que sea realista en sus expectativas de progresos. Tener exigencias que el paciente no pueda satisfacer sólo sirve para destruir la confianza en sí mismo. Es necesario seguir las indicaciones y consejos del médico y del fonoaudiólogo para ayudar al paciente a recuperarse lo antes posible. Una familia que comprende y acepta puede contribuir grandemente al progreso de la rehabilitación incluso frente a un estado afásico grave.

Cómo es la Rehabilitación del Lenguaje


Cuándo empezar la rehabilitación Lo más pronto posible después de la etapa aguda de la enfermedad. Hay un período de “recuperación espontánea” de tres meses después del comienzo de la afasia. Durante este período, algunos pacientes recobran parcialmente su capacidad para hablar. La experiencia demuestra que el grado de progreso de un paciente durante el período de “recuperación espontánea” puede incrementarse mediante la reeducación del lenguaje. También puede evitarse el establecimiento de malos hábitos de comunicación o perseveraciones. La rehabilitación del lenguaje no sólo ayuda al paciente a comunicarse más fácilmente  sino que el efecto psicológico de saber que alguien se interesa por él y comprende la índole de sus dificultades ayuda enormemente a sostener su moral.


Duración En el período agudo se recomienda 20’ a 30’  dos o tres veces por día. Paulatinamente puede extenderse a 50' - 60’ una o dos veces por día. Casi todos los enfermos neurológicos se fatigan fácilmente  Es opinión general entre los terapeutas dedicados a la afasias que las sesiones deben ser cortas pero frecuentesEl terapeuta puede generalmente decidir si se justifica o no incrementar las sesiones. En el caso que requiera trabajo complementario en el hogar, el terapeuta explicará a la familia qué debe hacer e indicará la frecuencia y duración de la tareas. Se acepta generalmente que la rehabilitación de la afasia es un proceso largo y lento. La familia y los amigos del enfermo deben pensar en términos de meses y años, no de días o semanas. Algunos afásicos muestran progresos durante sólo algunos meses, otros progresan lenta pero constantemente durante varios años. Casi siempre el lenguaje se va recobrando muy gradualmente.

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Tips para la Comunicación


La participación familiar es sumamente importante en el tratamiento del paciente. Para ello es necesario que los miembros de la familia tengan en cuenta ciertos aspectos que favorecerán la comunicación con el paciente.




Se sugiere:

  • Propiciar la comunicación en cualquier modalidad: hablada  gestual, gráfica, por señalamiento, a través de un display de comunicación, etc.
  • Simplificar el lenguaje al conversar con el paciente. Usar oraciones cortas y sencillas. evitar la indirectas o el lenguaje figurado.
  • Repetir si es necesario, apoyarse en las palabras claves para reforzar el significado de las frases de la conversación.
  • Mantener charlas naturales y apropiadas a un adulto. No tratar al paciente como niño.
  • Hacer participar al paciente, en la medida de sus posibilidades en las conversaciones y reuniones familiares. Otorgarle tiempo para que complete sus dichos, e ir completando los "huecos" con las palabras a fin de darle continuidad a la conversación. 
  • Controlar el ambiente, reducir estímulos auditivos que lo distraigan.

Palabras y Lenguaje


Los pacientes afásicos incorporan generalmente los elementos del lenguaje en un orden específico: primero sustantivos, luego verbos, luego adjetivos calificativos y finalmente adverbios, artículos, preposiciones y conjunciones. Muchos pacientes se quejan porque pueden leer, escribir y decir todo menos “esas palabritas”. Es fácil de comprender que así sea ya que “esas palabritas” son generalmente preposiciones, conjunciones y artículos, precisamente las más difíciles para la persona afásica y las últimas que reaprende a usar. Para el afásico suele ser más fácil aprender primero los sustantivos porque a menudo designan cosas que pueden ver, sentir u oir. Palabras como libro, mesa, radio y teléfono son más específicas y reales para el enfermo afásico que palabras como eso, pero, incluso, de, para, etc.   


Palabras La selección de cada palabra para estimular en un paciente afásico en las primeras etapas de su rehabilitación, debe estar regida por los siguientes criterios:
 ¿Qué importancia tendrá esa palabra para el paciente?.

  • La palabra debe tener aplicación para su situación inmediata (generalmente hogar u hospital) y para sus necesidades más esenciales (comer, ir al baño, levantarse por la mañana, etc.). Por ejemplo, al paciente le será sin duda mucho más útil conocer la palabra cama que las palabras cristal o pendiente.  
  • ¿Hasta qué punto será esta palabra específica o real para el paciente? Como se mencionó en la respuesta a la pregunta anterior, el paciente afásico encuentra mucho más fácil aprender los nombre de cosas que puede ver, sentir u oír. La palabra mano, por ejemplo, es más fácil de aprender para el enfermo afásico que la palabra miedo. Aunque las palabras comida y ropa aparecen bien escogidas, es probable que no deban incluirse entre las primeras aprendidas. Ambas son sustantivos colectivos, y los afásicos tienen considerable dificultad, en las primeras etapas, para absorber el concepto de categorías. 
  • ¿Con qué frecuencia se usa la palabra en la comunicación diaria? Sería mejor, por ejemplo, elegir la palabra diario que la palabra periódico. Aunque significan más o menos lo mismo, la primera es de uso más frecuente.
Aplicando estos criterios, una lista práctica y típica de 25 palabras para comenzar con un paciente afásico podría incluir las siguientes: cama, silla, baño, agua, café, dinero, reloj, televisión, teléfono, doctor, zapato, auto, boca, llaves, jabón, mano, pierna, mesa, cepillo de dientes, hombre, sandwich, casa, cigarrillo, hoy. Por supuesto, la lista varía de un paciente a otro. La palabra cigarrillo, por ejemplo, no sería probablemente importante para un no fumador. Cuando el paciente haya adquirido un pequeño vocabulario de uso diario y común, debe enseñársele el contenido de una lista más individualizada que incluirá palabras de interés especial para el paciente en particular debido a sus antecedentes y formación.

¿Cómo evoluciona la Afasia?


  • Hablar y comunicarse Una afasia producida por un ACV o una lesión cerebral generalmente mejora a medida que van pasando los días. Normalmente, no esperamos que el lenguaje de un paciente empeore sino por el contrario, que se vaya recuperando, pero en raras excepciones la afasia puede empeorar. El factor determinante en estos casos es la misma causa de la afasia del paciente (tumor o Afasia Lentamente Progresiva, Enfermedad de Alzheimer). A veces el estado afásico de un paciente puede parecer peor que en otras ocasiones, pero la fatiga, la depresión o el estrés emocional puede hacer que el paciente perezca más afásico que antes. Muy importante es comenzar la rehabilitación, en forma intensiva, lo más pronto posible.


  • Caminar y moverse Los pacientes afásicos tienen generalmente alguna incapacidad del lado derecho del cuerpo; puede ser parálisis total del brazo y la pierna derechos, o solamente falta de coordinación o debilidad de ese lado del cuerpo. A veces hay parálisis del lado derecho de la cara. En algunos la parálisis existe sólo durante algunos días o semanas después de la lesión encefálica del paciente.  Algunos pacientes afásicos tienen problemas visuales como resultado de su lesión cerebral (hemianopsia). Este problema puede ser corregido o compensado mediante la concientización por parte del paciente de dicho déficit. La parte motora de brazos y piernas será abordada por especialistas en kinesiología y terapia ocupacional.


  • Personalidad y ánimo Con frecuencia se producen cambios en la conducta y en el ánimo. Muchos pacientes afásicos se fatigan más fácilmente que antes de producirse la afasia. Otros se distraen con facilidad, se interesan menos por los amigos y aficiones, se irritan más, tienen mayor dificultad para recordar sucesos recientes, tendencia a reír y llorar y a magnificar hechos insignificantes. Algunos pacientes afásicos no se interesan por su aspecto personal y otros demasiado. Algunos presentan cambios de personalidad inmediatamente después de la lesión, los cuales desaparecen más tarde. Muchas características de personalidad aparentemente “nuevas” son a veces simplemente rasgos y características que el paciente podía controlar mejor antes de sufrir la lesión cerebral. Por ejemplo, un paciente afásico puede mostrar cólera y frustración muy fácilmente aunque antes haya revelado tales sentimientos con poca frecuencia. Un individuo muy puntual y cumplidor puede tener exigencias exageradas al respecto después de volverse afásico. Otro factor importante a tener en cuenta es la aparición de depresión. Los familiares tienden a pensar que los estados depresivos del paciente son consecuencia de la pérdida de independencia, de la imposibilidad de comunicarse y moverse libremente, y en general, de su cambio de vida. Esto parecería lógico pensarlo así, pero cuando la depresión torna a ser permanente, y/o va acompañada con otros síntomas (pérdida de apetito, insomnio, pérdida de interés) debe consultarse al médico para su tratamiento farmacológico. Estos cambios lo hacen parecer a veces muy diferente ante sus familiares y amigos, pero siempre será tratado como adulto y no como un niño.
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