La mejor ayuda directa para la afasia es la rehabilitación, que debe ser realizada por un fonoaudiólogo con experiencia en afasia y capaz de ayudar al paciente a lograr un máximo de mejoría en la lectura, la escritura, el habla o cualquier otro aspecto del lenguaje en el que tenga dificultades. La reeducación del lenguaje, especialmente como se practica en centros de rehabilitación, ha ayudado a miles de afásicos a comunicarse en su vida diaria.
En ausencia de un fonoaudiólogo calificado, la familia puede hacer algunas cosas para ayudar al paciente. La rehabilitación del lenguaje es similar a la enseñanza de un idioma extranjero. Claro que la analogía es muy limitada, porque el extranjero es una persona sana y puede aprender con más rapidez y recordar lo que aprende más fácilmente que el paciente afásico. Por otra parte, si el paciente puede concurrir menos sesiones de las indicadas, es importante la colaboración de la familia a las indicaciones del terapeuta (ejercitación, estímulo, adaptación al tiempo de respuesta del paciente, etc.). Existen algunos programas de tratamiento que se implementan a través de la computadora, como los de Verbaloop, como así también pueden utilizar cuadernillos de ejercitación especialmente diseñados para trastornos del lenguaje. Consulte al profesional para que le indique cuáles son los más indicados para su familiar.
Todos los pacientes afásicos fluctúan en su capacidad día a día y a veces de un momento a otro. El paciente no tiene control directo sobre su enfermedad y por ello los que tratan de ayudarlo deben armarse de la mayor paciencia posible.
La familia de un paciente afásico puede ayudarlo a mejorar si se crea en su hogar una atmósfera cálida y permisiva. Se debe estimular su comunicación dentro de un marco dónde sus errores no sean ridiculizados ni severamente criticados. Un ambiente negativo o exigente por parte de la familia puede ser factor muy desfavorable para el éxito de la rehabilitación del lenguaje. Los esfuerzos del paciente por mejorar siempre deben provocar alabanzas y elogios.